MARIHUANA EN TRIBUS INDÍGENAS

MARIHUANA EN TRIBUS INDÍGENAS







Es una especie de panacea antes de su prohibición y parece que continúa siéndolo a pesar de ella: en diversos países asiáticos y latinoamericanos sus varas se hierven para conseguir infusiones relajantes capaces de facilitar las contracciones durante las labores de parto; sus hojas maceradas en alcohol se untan para curar los dolores reumáticos o se fuman para aliviar el asma y los dolores de cabeza provocados por la migraña.
En los periódicos mexicanos de la década de los cincuenta todavía se encontraban afirmaciones como esta: "la marihuana es un magnífico analgésico para los dolores reumáticos y este remedio se prepara con alcohol y ajo machacado siendo muy usado por nuestra gente pobre que todavía recurre a la farmacopea de casa."
Actualmente se está estudiando, principalmente en el Reino Unido, el uso de canabinoides sintétizados a partir del THC como el dronabinol comercializado como Marinol® y la nabilona, como Cesamet®. Estos fármacos sintéticos buscan aislar las propiedades físicamente terapéuticas de las alteraciones perceptuales, pero no han tenido mucho éxito en desligar una cosa de la otra.
Los mayores méritos de la marihuana como agente terapéutico en la medicina occidental están en la inhibición de los cuadros de náuseas, vómito, pérdida de apetito y dolor en pacientes con cáncer que reciben quimioterapia o en pacientes que padecen sida y se les administra AZT. De forma experimental también se está utilizando con bastante éxito en los cuadros de arterisclerosis múltiple, principalmente para suprimir los espasmos sintomáticos. Hice una entrevista en Barcelona a Manuel Tena, una persona aquejada de este mal quien expresa lo siguiente
Simplemente quiero que haya transparencia. Que se sepa la verdad. Que por ejemplo, como es mi caso, que desde hace cuatro años sufro una enfermedad que es la esclerosis múltiple, que se sepa que la marihuana es lo mejor que se ha encontrado para tratarla. He pasado por toda una serie de problemas sociales y laborales, para llegar a saber que mi equipo médico del cual dependo -porque en definitiva si me pasa algo tengo que recurrir a él-, está enterado de que en California están haciendo pruebas y en Inglaterra hay 500 pacientes a los que les está yendo bastante bien con la marihuana, pero aquí legalmente no me la pueden recetar. Aquí no hay nada. Aquí mis médicos no me pueden decir sí, fuma marihuana, prueba a ver qué tal te va. Si no estuviese en la Lista uno que es donde están todas las sustancias sin utilidad terapéutica ellos podrían investigar esto con su grupo de pacientes. Podrían decirme prueba esta especie de esta manera, en esta dosis... Porque todas las drogas que tomamos hay que conocerlas para saber hasta qué nivel llegas y qué beneficios te pueden dar. Lo que quiero es transparencia. Información. (Ver más al respecto en la Entrevista a miembros de ARSEC)
En el tratamiento experimental de glaucoma, provocado por una presión excesiva de fluido dentro del globo ocular, la marihuana, fumada o los derivados del TCH administrados en forma oral , reducen considerablemente la presión. Y uno de sus componentes, el ácido canabidiólico está considerado como un poderoso desinfectante. Estos son los únicos usos terapéuticos que a la fecha reconoce la medicina institucional. No obstante, tal reconocimiento no ha hecho cambiar la legislación que prohíbe su uso médico a nivel mundial. Únicamente se ha legislado al respecto en Alemania, el Reino Unido, en algunos estados de la Unión Americana y recientemente en España.
Leslie L. Iversen, nos ofrece en su libro Marihuana, conocimiento científico actual, el siguiente resumen de las conclusiones relativas a los usos terapéuticos del cannabis:
1. Los únicos usos terapéuticos de los que se tienen pruebas científicas son en el tratamiento de las náuseas y los vómitos asociados a la quimioterapia contra el cáncer, y como estimulante que contrarreste la pérdida del apetito y la caquexia asociada al SIDA. Hay, no obstante, pruebas científicas que avalan el uso potencial del cannabis en otras dolencias, en concreto para las relacionadas con los dolorosos espasmos musculares y posiblemente como método alternativo en el tratamiento de los dolores clínicos resistentes. Por el momento, sólo se disponen de casos anecdóticos en enfermedades tales como la esclerosis múltiple, la espasticidad, las lesiones de médula espinal, la migraña, el glaucoma o la epilepsia.
2. El perfil de seguridad del THC -el ingrediente activo del cannabis- es bueno, ya que presenta una toxicidad muy baja a corto y a largo plazo. Sin embargo, algunos de sis efectos agudos, entre ellos, reacciones centrales desagradables, intoxicación y lesiones temporales de las funciones motoras y cognitivas, limitan la utilidad del THC como fármaco. Al parecer, existe un margen muy estrecho entre las dosis que producen los efectos deseados y los indeseados.
3. Debido a los efectos cardiovasculares del THC y a su tendencia a empeorar los síntomas de esquizofrenia, los pacientes con trastornos mentales o con enfermedades cardiovasculares no son sujetos aptos para tratamientos eleborados a partir del cannabis. Como sucede con otros muchos fármacos que afectan el SNC, se debería evitar el cannabis durante la gestación.
4. La seguridad de la marihuana fumada es una cuestión más controvertida, ya que en un buen número de consumidores habituales provoca bronquitis crónica, y debido al riesgod e que a largo plazo se establezca una relación con los cánceres del tracto respiratorio, no parece aconsejable recomendar su uso prolongado. Con todo, en determinados casos de pacientes gravemente enfermos está justificado el uso de la marihuana con fines humanitarios.
5. En todos los casos, sin olvidar el uso de la marihuana fumada, hacen falta pruebas clínicas mejor controladas y se necesita también, con urgencia, investigar en la mejora de los métodos de administración del fármaco.